Un camino tiene principio y final, tiene piedras, cunetas a los lados con las que encallar...y lo peor de todo, que ya esta marcado, y lo siento, pero no quiero llegar a Roma.
La vida es una gran pradera....un grandísimo campo de amapolas, en las que si quieres avanzar decides si girar a la derecha, a la izquierda o si seguir recto. En el que tras recorrer y recorrer años de ese paseo puedes volver a un tramo ya transitado, que aunque creas que hayas roto con tu pasado, siempre esta esa posibilidad de cerrar un circulo, y ya encontraras el modo de salir.
No puedo hablar de ella mas que 18 años y cientos de historias de la gente que me rodea...pero esto lo tengo claro, no existe la linea recta, y hay alguna amapola con ojos verdes, o marrones, o negros que te hace girar en esa dirección, estés donde estés y caiga quien caiga.
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