Esto lo escribí hace tiempo, a mediados de Enero, y de todo aquello ahora mismo no queda nada...ni cuerdas, ni pozos, ni ganas de ahogarme en su cama.
La inspiración siempre trasnocha
y yo que no busco otra
me quedo velando hora tras hora...
El frió penetra los huesos,
el roce del cuerpo y la cama,
el olor a jueves de invierno,
el sabor que se demora
y flota entre caña y caña.
Un cercano recuerdo me aviva el alma,
no fue un beso...
no quiso serlo,
se quedó en una eterna charla.
Los gigantes crecieron esa noche,
oí volar algún hada,
las ranas se convertían en príncipe
y los sapos...sapeaban.
Gran Vía, Callao, Sol,
un metro, varias ramas,
un error consentido para apurar tres paradas.
Un regreso a casa vacío
solo Fito me acompañaba,
y un "tendrías que haberlo hecho"
me hizo soñar con su cara.
Y aquí estoy, 3 de la mañana,
recordando besos fallidos,
esperando una llamada...
Queda mínimo una oportunidad,
un "pues lo aprovecharemos más",
un salto al pozo
y que me quiten la cuerda
no quiero escapar.
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