Sola en mi barco me hallo,
pirata del siglo veintiuno,
una profesión sin futuro.
Me dijeron que siguiese mis sueños,
por eso recorrí todos los mares
buscando su encuentro.
Fui en velero sin bandera,
huyendo de carabelas
y marineros con afán de sirenas.
Navegué al son del tiempo
siendo presa del silencio
en mis horas de soledad.
Pues fuiste tu mi compañera,
aliada que me odiaba
si creaba mi propia estela
y de hablarte me olvidaba.
¿Y tú no eres más que el olvido de mi?
Y yo me alejo cuando siempre estas ahí.
El interior de tu alma
pertenece a mi cabeza,
mis pensamientos que se ahogan
son quienes te piensan.
Contigo me he comprendido,
he llegado a ser yo
alejándome del mundo
de locura y razón.
Renaces cuando yo muero
en la eterna sociedad
que se escapa de tu seno
al oírte respirar.
Te alimentas de mi desgracia
cuando me ves naufragar.
Estas tan cerca en el olvido.
Estoy tan sola si tu estas.
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